Los lanzamientos de Apple suelen generar debate, y este año no ha sido la excepción. La marca de Cupertino vuelve a estar en el centro de las críticas, esta vez por su estrategia de segmentación en la nueva generación de iPhone. Mientras que en años anteriores fueron los modelos “mini” los que pasaron desapercibidos por su escaso tamaño e impacto, ahora el foco se sitúa en los iPhone 14 y 14 Plus, cuya falta de novedades respecto a sus predecesores ha provocado una respuesta tibia del mercado. Salvo por el incremento en el tamaño de pantalla del modelo Plus, apenas se perciben cambios relevantes.
Las consecuencias de esta arriesgada estrategia empiezan a hacerse visibles, aunque todo apunta a que la propia Apple ya contaba con esta posibilidad dentro de sus planes.
Apple apuesta todo a los modelos Pro
Recientes informaciones apuntan a que Apple está reestructurando su producción para adaptarse a la realidad de las ventas. Según estas fuentes, la compañía reducirá de forma significativa la fabricación de los iPhone 14 y 14 Plus, priorizando en cambio la producción de los iPhone 14 Pro y Pro Max, los modelos que realmente concentran el interés del público.
El objetivo no sería tanto aumentar la capacidad de producción, sino adecuarla a la alta demanda de los modelos Pro, especialmente ahora que se aproxima el periodo de mayores ventas con la campaña navideña. De este modo, Apple está negociando con sus principales ensambladores para redirigir recursos destinados inicialmente a los iPhone 14 estándar hacia los modelos Pro, que están registrando cifras de venta mucho más elevadas.
El iPhone 14 Pro Max, el más caro de toda la gama, lidera en ventas, seguido de cerca por el iPhone 14 Pro. Todo indica que Apple, de manera deliberada o no, ha diseñado su catálogo actual para que la atención de los consumidores se centre casi exclusivamente en sus versiones más premium.
Una situación previsible
La fría acogida de los iPhone 14 y 14 Plus era algo que muchos ya anticipaban. Ambos dispositivos son prácticamente idénticos a los modelos del año anterior, manteniendo el mismo procesador y hardware, salvo por la novedad de la pantalla de mayor tamaño en el caso del Plus.
En cambio, los iPhone 14 Pro han introducido importantes innovaciones. No solo han estrenado un nuevo procesador más potente, sino también una pantalla completamente rediseñada. Apple ha dejado atrás el clásico notch en favor de la nueva “isla dinámica”, una de las innovaciones más aclamadas recientemente, que integra de manera inteligente las notificaciones y controles en torno al sistema de cámaras frontales.
Además, las mejoras en el apartado fotográfico son considerables. Mientras que los modelos estándar siguen utilizando sensores de 12 megapíxeles, los Pro dan el salto a sensores de 48 megapíxeles, elevando notablemente la calidad de las fotografías.
Así, no sorprende que la preferencia por los modelos Pro sea este año más acusada que nunca, especialmente frente a una gama estándar que ofrece pocas razones de peso para cambiar de dispositivo. Sin embargo, lejos de interpretarlo como un fracaso, muchos analistas ven en esta situación una estrategia comercial calculada por parte de Apple, que parece estar obteniendo los resultados previstos.